24 de diciembre,
Hoy
tenemos tiempo, hasta las 12:00 que salimos en bus hacía Urgheda, para visitar
otro de los lugares impresionantes que se encuentran en el margen Oriental de
la ciudad de Luxor. Nuestro “amigo” taxista nos espera a las 8:30, para empezar
un recorrido turístico a contra reloj. The Kings Valley es un arido valle en
mitad del desierto, en el que se han encontrado las tumbas de los faraones, y
aún cuando todos los tesoros que aparecieron reposan en las estanterías de
varios museos del mundo, adentrarse en cada una de ellas es una inolvidable
experiencia.
Las paredes adornadas con signos jeroglíficos y representación de
diferentes dioses, y varias cámaras subterráneas, que nos conducen hasta un
sarcófago, a cual más grandioso. No entramos a la más famosa de Tut Ankh Amun,
porque nos quieren soplar otros 30 €, más de los que ya pagamos en la entrada,
y decidimos centrarnos en faraones con menos renombre, pero igualmente con
espectaculares tumbas.
Al
salir me compro la guía en castellano que habían empezado a venderme por 10 €,
por menos de 2 €, ya voy cogiendo el límite de sus precios. Y es que tan corta
visita necesitará un poco más de información para procesar y entender lo que
hemos observado aquí.
Corremos
para ver desde fuera el templo de Hatseptsut, que ya no tenemos tiempo ni
dinero para visitar por dentro, pero la imagen merece unos minutos contemplando
el paisaje que se nos ofrece. Ya vamos justos de tiempo, pero la ineludible
parada en el taller de alabastro nos complica aún más el regreso a tiempo.
Trabajamos por unos instantes con la rudimentaria herramienta manual del
taller, y seguimos la explicación en italiano que nos brindan, como un ritual
tras la explicación viene la invitación al té, y de ahí a la tienda, donde Inma
ya nerviosa hace de poli malo, para salir sin comprar. Yo hago de poli bueno y
terminó gastándome 5 € en chuminadas de alabastro, y discutiendo con ella,
porque vamos a llegar tarde. Esto siempre nos baja el precio.
Son
menos veinte y nos queda media hora de camino, el taxista aprieta, pero nos
queda una última parada. Los colosos de Memnon, dos impresionantes estatuas,
únicos restos del templo de Amenhotep
III. 3 fotos, esquivamos a los
vendedores de los templos con tremenda cintura, y otra vez al taxi. Es evidente
que no llegamos a tiempo. Envío un mensaje al guía, y esperamos que no nos
dejen en tierra.
Prueba
superada. Seguimos viaje. Próxima parada el Mar rojo
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