martes, 25 de diciembre de 2012

El Valle de los Reyes y las canteras de Alabastro



24 de diciembre,

Hoy tenemos tiempo, hasta las 12:00 que salimos en bus hacía Urgheda, para visitar otro de los lugares impresionantes que se encuentran en el margen Oriental de la ciudad de Luxor. Nuestro “amigo” taxista nos espera a las 8:30, para empezar un recorrido turístico a contra reloj. The Kings Valley es un arido valle en mitad del desierto, en el que se han encontrado las tumbas de los faraones, y aún cuando todos los tesoros que aparecieron reposan en las estanterías de varios museos del mundo, adentrarse en cada una de ellas es una inolvidable experiencia. 
Las paredes adornadas con signos jeroglíficos y representación de diferentes dioses, y varias cámaras subterráneas, que nos conducen hasta un sarcófago, a cual más grandioso. No entramos a la más famosa de Tut Ankh Amun, porque nos quieren soplar otros 30 €, más de los que ya pagamos en la entrada, y decidimos centrarnos en faraones con menos renombre, pero igualmente con espectaculares tumbas.
 Al salir me compro la guía en castellano que habían empezado a venderme por 10 €, por menos de 2 €, ya voy cogiendo el límite de sus precios. Y es que tan corta visita necesitará un poco más de información para procesar y entender lo que hemos observado aquí.


Corremos para ver desde fuera el templo de Hatseptsut, que ya no tenemos tiempo ni dinero para visitar por dentro, pero la imagen merece unos minutos contemplando el paisaje que se nos ofrece. Ya vamos justos de tiempo, pero la ineludible parada en el taller de alabastro nos complica aún más el regreso a tiempo. Trabajamos por unos instantes con la rudimentaria herramienta manual del taller, y seguimos la explicación en italiano que nos brindan, como un ritual tras la explicación viene la invitación al té, y de ahí a la tienda, donde Inma ya nerviosa hace de poli malo, para salir sin comprar. Yo hago de poli bueno y terminó gastándome 5 € en chuminadas de alabastro, y discutiendo con ella, porque vamos a llegar tarde. Esto siempre nos baja el precio.
Son menos veinte y nos queda media hora de camino, el taxista aprieta, pero nos queda una última parada. Los colosos de Memnon, dos impresionantes estatuas, únicos restos del templo de Amenhotep  III.  3 fotos, esquivamos a los vendedores de los templos con tremenda cintura, y otra vez al taxi. Es evidente que no llegamos a tiempo. Envío un mensaje al guía, y esperamos que no nos dejen en tierra.
Prueba superada. Seguimos viaje. Próxima parada el Mar rojo

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