Salgo a
la puerta del hotel, y hablo con un taxista sobre el precio de la visita a las
Pirámides. Yo sé que está cerca, pero tanteo con él como está la cosa para ir a
la plaza de la revolución y visitar el museo egipcio después. Termino cerrando
un precio de 200 libras, unos 25 € por tenerle con nosotros todo el día.
Saúl y
Luna tienen ganas de ver las pirámides, y preparamos la chupi- silla de ruedas,
para una larga jornada cairota. De camino a las pirámides nos habla de la
posibilidad de hacer una visita panorámica en caballo o camello, a Inma y a los
niños les encanta la idea, y nos vamos a negociar un precio con el jefe de los
caballos.
El
precio sube un poco más de la cuenta, pero dejar la silla de ruedas en el taxi,
y montar a caballo con tu familia por el desierto, rodeando las pirámides de
Guiza, y llegando hasta la esfinge a caballo, no tiene precio…
El
paseo es espectacular y nos permite
bajar del caballo para subirnos a los primeros peldaños de cada pirámide. Luego
visitamos por dentro una de ellas, que la verdad tiene poco misterio, porque
todo lo que había interesante allí reposa en el museo egipcio.
Finalmente
llegamos a la esfinge a lomos de nuestros caballos, y en la compañía de nuestro
guía Abdul. No paramos de hacer fotos, aunque por momentos el aire nos mete en
los ojos toda la arena del desierto.
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